Farsante
El corazon de las tinieblas estaba lleno de luz.
Las dos Fridas
"De corazón a corazón –le dijo una Frida a la otra–, el tuyo es más atormentado pero el mío sangra más."
Corrección
Por fin habían recapturado a la pequeña Alicia. La Reina de Corazones se frotaba las manos con delectación. A su lado, el rey, buscando complacerla, ordenó:
–Que le corten la cabeza.
–No –objetó la reina–. Esta vez haré honor a mi nombre: que me traigan su corazón.
Hay un lugar
Hay un lugar donde la gente se quita el corazón para dormir. Al despertar, le da cuerda y vuelve a ponérselo.
Destino
Al que nace con corazón de martirio del cielo le caen las espinas.
La irresistible tentación de la inocencia
Traía el corazón en la boca y lo entregaba cada vez que daba un beso. Y luego se quejaba de que se lo devolvieran en pedazos.
Cuento de hadas
I
Y cuando despertó con el corazón en la mano, supo que ahora vivía en un cuento de terror.
Cuento de hadas
II
Y cuando despertó con el corazón fuera del pecho, supo que su príncipe era en realidad un asesino serial.
Otro cuento de hadas
Y cuando despertó, descubrió con el corazón emocionado que la princesa tenía un látigo y lo agitaba como una promesa.
Il mostro
Casanova tenía un gran corazón… entre las piernas.
Corazón inflable
A la muñeca inflable le concedieron un corazón hidráulico que se hinchaba y se desinflaba por motivos irracionales. Dijo entonces: "Ahora entiendo a los hombres".
Metropolitana
Metro Insurgentes: el corazón tu-ru-rú del Sistema Arterial Colectivo de la ciudad de México.
Corazón insomne
Soñé con un lugar maravilloso donde la gente dormía toda su vida y sólo se despertaba para ir a su propio entierro.
Corazón devoto
VELARDIANA I
Corazón adicto, corazón péndulo de las 6 de la tarde, corazón impúdico, corazón sulfato de cobre, corazón fulmíneo, corazón paradoja, corazón impotente, corazón irremediable.
Corazón devoto
VELARDIANA II
Sin ton ni son, el descarriado corazón.
Lecciones de sastrería
Nunca falta un corazón roto para un pecho mal zurcido.
Corazón de dinosaurio
Tanto hablaban de él, inventándole quién sabe cuántas colas, que cuando despertaron, descubrieron que por fin se había marchado. Pues qué esperaban… El dinosaurio también tenía su corazoncito.
Epitafio del corazón
No se culpe a nadie de mis latidos.