Una reseña en el blog de Imaginaria Jurídica sobre *Amor y otros suicidios* a cargo de Josimar Galíndez
Amor y otros suicidios habla del deseo y de la vida. Y no es que niegue su título: por la vía de la indagación lo reinterpreta, lo reconstruye, lo remarca. Hace del amor realidad, no sólo esperanza.
Un amor que supera la concepción de los clásicos pues no se limita a evidenciar lo mejor de cada quien sino que vuelve evidentes las peores características de quien lo experimenta. El amor duele, araña, muerde.
Libro de relatos intensos, presenta al amor en toda su profunda cotidianeidad. El amor es el deseo, es la carnalidad. Es la aspiración del otro cuerpo, ese que nos es prohibido o, al menos, está lejano. La distancia (en el tiempo, en el espacio) nos aumenta las ganas de posesión aunque sea momentánea.
En Amor y otros suicidios el objeto del deseo es variado. Desde el recuerdo de la infancia al chico de cejas depiladas que hace las veces de mesero, de la esposa del hijo a la propia sombra, de la mujer convencional a los seres mitológicos. Al deseo se llega por la vía de la corporalidad por muy variada que sea.
Tejidas en personajes distintos, las historias, demuestran que el deseo no discrimina, en todos se corporiza. La condición social y sexual son simples elementos, herramientas de las que se vale el deseo para hacerse tangible.
Historias de voluntades crispadas y realidades construidas, nos llevan a descubrir posibilidades de lo prohibido.
En Amor y otros suicidios no se da eso que se volvió tan común: la erotización del lenguaje. No. Ana Clavel logra volver lenguaje al deseo, escrito y puntual, detonante de la curiosidad lectora.