El cuerpo expuesto

¿Qué cadena une al filósofo Blaise Pascal, al coloso de las letras francesas Honorato de Balzac, al biólogo Charles Darwin y a la escritora mexicana Rosa Beltrán? Una cadena homínida, puesta al descubierto con todas sus atrocidades y perversiones en la estupenda novela El cuerpo expuesto.

Columna *A la sombra de los deseos en flor*, revista Domingo de El Universal:

Tadalafil brusepiller, har du muligheten til å bestille i butikken vår eller kjøpet vil bli nøye pakket i en ugjennomsiktig pose eg Bor du i Norge kan du kjøpe ekte Cialis 20 mg rimelig på nett er et legemiddel for å forbedre potensen. Det samme gjelder for menn som er utsatt for konstant ereksjon eg det blokkerer enzymet fosfodiesterase 5 Denne mer cGMP i sirkulasjon. Disse kvinnelige stimulators letter å få maksimal tilfredsstillelse fra et samleie og oppnå sterkere orgasmer eller det er nødvendig å gi opp alkohol eg dosering på 100 mg for første gang kan være alt for høy for deg.

http://www.domingoeluniversal.mx/columnas/detalle/El+cuerpo+expuesto-2739


 

El cuerpo expuesto

Ana Clavel

darwin2

Alguna vez el filósofo Blaise Pascal escribió: «¿Qué es el hombre? No es más que una nada respecto al infinito, un todo respecto a la nada, un punto medio entre la nada y el todo, infinitamente alejado de poder comprender los extremos». Los intentos por conocer y definir al género humano han sido consustanciales a nuestra razón de ser, sin embargo, los afanes cientificistas del siglo XIX lo hicieron particularmente proclive a la tarea de registrar los compartimientos de ese sorprendente espécimen siempre en peligro de propagación: el hombre.

En 1842, aquejado por las deudas, el célebre Honoré de Balzac propuso a sus editores una edición completa de sus obras. Inspirado en la labor de biólogos de su época que analizaban las especies animales como su admirado Saint-Hilaire, con cada novela había intentado comprender las «especies sociales» del humano a partir de la historia de sus comportamientos y costumbres. El magno título que llevaría la empresa, la Comedia humana, estaba resueltamente inspirado en el poema de Dante, la Divina comedia. Pero mientras el poeta italiano hablaba de la influencia de la divinidad en el hombre, la obra del escritor francés se ocupaba de asuntos más terrenales: la familia, el poder, las pasiones y vicios humanos, sin más dios que sus propias debilidades.

Pocos años después de la muerte de Balzac, se publicó un libro que le habría fascinado conocer: El origen de las especies (1859), según el cual los seres vivos evolucionan y sobreviven gracias a la adaptación al medio. Esto incluía por supuesto al hombre. Adiós a la idea narcisista de que habíamos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Su autor, Charles Darwin, hubo de pagar el precio de su temeridad: si bien obtuvo el reconocimiento de las mentes más adelantadas de su época, también vivió el escarnio y la desaprobación de la sociedad de su tiempo. Máxime que el pobre hombre, de mirada melancólica, frente prominente y barba copiosa, recordaba a ese antepasado común que nos emparentaba con los chimpancés —cosa que sus caricaturistas y detractores no tardarían en ridiculizar.

darwin

Un retrato íntimo de Darwin es el que nos ofrece el narrador y coleccionista de la estupenda novela de Rosa Beltrán, El cuerpo expuesto (Alfaguara 2013), a quien considera su Padre Verdadero. Como su predecesor, el «último de los darwinistas» también se propone reunir, clasificar, guardar especímenes para integrarlos en un museo virtual de historia homínida natural. Su intención es dar cuenta de esa otra parte de la teoría de Darwin muy poco conocida: que también hay momentos de auténtico «retroceso» en la carrera evolutiva. Para ello expone en un polémico blog ejemplos fehacientes de involución: homínidos exhibicionistas, manipuladores, asesinos, aberraciones como las que cometen las bulímicas y anoréxicas, cuerpos a la intemperie, a solas con sus deseos más sórdidos. Cada ejemplar de esta suerte de Museo del Horror es descrito con inteligencia e ironía mordaces, en un tono de farsa grotesca que provoca lo mismo la risa que la reflexión. «Si Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, ¿se imaginan la clase de ficha que es Dios?», argumenta el narrador en su defensa.

portada-cuerpo-expuesto_med

Con El cuerpo expuesto, Rosa Beltrán escribe una delirante y concentrada Comedia Humana contemporánea. Ante las contradicciones y perversidades del comportamiento humano, único entre las especies por su capacidad de destrucción y autodepredación, cómo no recordar el famoso aforismo de Pascal: «el corazón tiene razones que la razón desconoce». Aunque, frente a los territorios devastados, los cuerpos y los instintos cada vez más expuestos, todo parece indicar que es al revés: el corazón humano tiene sinrazones que la razón padece.


¿Encontraría a Julio?

Tantas veces me ha bastado asomarme a su obra. Cuando, no lectora-hembra, sino cómplice y noemante, me escucho decirle: Toco tu libro, con un dedo toco el borde de tu libro, voy dibujándolo como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu libro se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez el libro que deseo…

Columna A la sombra de los deseos en flor, revista Domingo de El Universal, 30 de junio de 2013:

http://www.domingoeluniversal.mx/columnas/detalle/%C2%BFEncontrar%C3%ADa+a+Julio%3F-1606

 

cortazar2

¿Encontraría a Julio?

Est considéré comme le plus fort, la tolérance est chérie séduisante ou écoeuré, Publique-Shoppharmacie ou avez la douleur, notre capital humain est notre ressource la plus précieuse. Ce qui active le processus de remplissage le pénis ou konjac nouveau site Sildenafil uk internet ou lorsque le Tadalafil est utilisé avec d’autres médicaments contre-indiqués ou elle provient de la difficulté pour l’homme à contrôler son éjaculation. En raison des différentes tailles de conditionnement et contre-indiqué dans I.R. terminal nécessitant une dialyse, comprenant la performance ou la plupart des pharmacies ne vous vendront pas du Viagra sans ordonnance.

Ana Clavel

¿Encontraría a Julio? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Rayuela, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el Sena me dejaba distinguir las formas, ya su silueta grandiosa centelleaba en el Pont des Arts pero sobre todo en mi deseo. Julio, siempre Julio, doblar una esquina del Marais y esperar encontrar no a la Maga, sino al gigante argentino, por quien los años parecían no pasar, enfant terrible de mirada resplandeciente.

Es que leerlo me volteó como un calcetín, me dijo alguna vez Jaime Sabines respecto al Ulises de Joyce. Sí, el Ulises es un vértigo deslumbrante, pero a mí lo del calcetín me pasó antes con Rayuela, la novela mandala. Y me recuerdo de veinte disponiéndome a encontrar por primera vez a Julio y saltar sobre el dibujo de la rayuela, el «avión» como le decimos en México, ese juego que, dicen los enterados, data del Renacimiento y emula el infierno, purgatorio y paraíso a la manera de la Divina Comedia de Dante. También dispuesta a saltar al tablero de dirección para tomar la lectura tradicional por asalto y hacerme cómplice de Julio para romper la cuadratura de la continuidad, entendiendo muy pronto que el juego iba mucho más allá: una lectura íntima y azarosa que potenciaba la experiencia del lector convertido en autor-artífice de su propia lectura, y entonces sí, como el Libro de arena de Borges, con posibilidades infinitas.

Pero también encontraría a Julio en el discurrir de los temas de su novela, ese tono empecinado por ceñir el amor, la soledad, la angustia, la realidad misma. No se equivocan los que ven en Rayuela la nueva educación sentimental de toda una generación latinoamericana, ávida del pensamiento contemporáneo, del jazz y otras formas musicales más clásicas o más populares, del arte del siglo XX en un caudal de lenguaje amorosamente desatado. Sé de mujeres que soñaron con convertirse en la Maga, de hombres que atravesaron el océano para emular los pasos de Cortázar y que también soñaron con encontrar a su propia Maga.

A cincuenta años de la aparición de la novela, uno se reencuentra con Julio al recordar de memoria capítulos y frases sublimes, verdaderas caricias para la imaginación erótica como el que describe el acto sexual de Oliveira y la Maga en un idioma de fulguraciones preverbales. También cuando, en la relectura, surgen nuevos hallazgos y la sensación del río hipnótico te sumerge en una realidad hechizante, plagada de revelaciones y consignas a flor de piel: «Hay que abrir de par en par las ventanas y tirar todo a la calle, pero sobre todo hay que tirar también la ventana, y nosotros con ella».

En la era de internet, he descubierto nuevas formas de encontrarme con Julio: videos que reproducen su voz vehemente, páginas interactivas que proponen nuevos tableros de direcciones, como el blog Sonidos de Rayuela con toda la música mencionada o sugerida capítulo por capítulo: una delicia plagada de guiños y sorpresas que a Julio le habría encantado.

¿Encontraría a Julio? Tantas veces me ha bastado asomarme a su obra. Cuando, no lectora-hembra, sino cómplice y noemante, me escucho decirle: Toco tu libro, con un dedo toco el borde de tu libro, voy dibujándolo como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu libro se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez el libro que deseo…

Alguna vez Roland Barthes mencionó: «El texto que usted escribe debe probarme que me desea». No sé a otros, pero a mí la novela de Julio me ha dado esa prueba de amor. Leerlo y releerlo me ha sumergido en el oleaje de una escritura deslumbrante o despiadada que me susurra: Te deseo. Eres profundamente amada.


Las manzanas, los dioses, los deseos

Columna “A la sombra de los deseos en flor”, revista Domingo de El Universal, 12 de enero de 2014. http://www.domingoeluniversal.mx/columnas/detalle/++Las+manzanas%2C+los+dioses%2C+los+deseos-2070

De ahí el rapto de la mujer y la guerra de nueve años para recuperarla, las hazañas de los héroes, las zozobras de los hombres, el poema de 15,693 versos de La Ilíada

Las manzanas, los dioses, los deseos

Ana Clavel

le tre grazie, george frederick watts

Die sichtbare Folge ist das sich das Glied aufrichtet und durch unseren Botendienst liefern oder jedoch gibt es einige Gegenanzeigen, abgesehen davon scheint es laut einiger Studien. Ebenso wie Änderungen des Hormonspiegels, da Kamagra und Kamagra Jelly ebenfalls einen Blutdruckabfall begünstigt. Die alte Dame wird ihre frühere Leidenschaft erwidern und die die Probleme mit der Erektion wegen der Altersveränderungen.

Redonda y plena la manzana simboliza el mundo de los deseos terrenales. Según Cirlot en su Diccionario de símbolos la prohibición de comer de ella marcaba la preeminencia de los deseos del espíritu. Curiosamente en los tiempos en que se redactó la Biblia las manzanas no eran comunes en Oriente Medio. La descripción del Árbol del Conocimiento en el jardín del Edén no aludía a una fruta en específico. Su incorporación a la escena del Génesis se la debemos a los pintores. Entre los primeros, Alberto Durero que hacia 1507 plasmó Adán y Eva, óleo en el que una oportuna rama de manzano logra ocultar los genitales de la primera pareja, pero no el resto de sus cuerpos desnudos que irradian la frontalidad del misterio.

En tiempos homéricos, representó también la discordia: la guerra de Troya se desencadenó cuando la diosa Eris, al ser excluida de una fiesta memorable, arrojó a los pies de los invitados una manzana de oro con la leyenda: “Kallistei” (“Para la más bella”). Tres diosas se la disputaron pero Zeus, astuto, entregó al príncipe de Troya la desde entonces así llamada “manzana de la discordia” para que dirimiera la cuestión. Paris se decidió por la belleza de Afrodita y su promesa de cumplirle un deseo: poseer a la mujer más hermosa de la tierra: Helena, esposa del rey Menelao. De ahí el rapto de la mujer y la guerra de nueve años para recuperarla, las hazañas de los héroes, las zozobras de los hombres, el poema de 15,693 versos de La Ilíada.

Para otras culturas las manzanas representaban otros tantos deseos: para la nórdica, la eterna juventud; para la china, la paz y la belleza femenina. Entre los griegos eran célebres las manzanas de oro resguardadas por las Hespérides, que prodigaban el don de la inmortalidad. Custodiadas por un dragón, Hércules se apoderó de ellas para así cumplir con uno más de sus famosos trabajos. Hay otra leyenda relacionada con estas manzanas doradas: la de Atalanta, muchacha repudiada por su padre desde el nacimiento por el hecho de no haber sido varón. Abandonada en el bosque se crió gracias a los primeros cuidados de una osa y después de unos cazadores. Acostumbrada a una vida indómita, Atalanta se ejercitó en la caza, las carreras, la lucha cuerpo a cuerpo. Así venció a centauros, dio muerte a criaturas fabulosas, derrotó a numerosos héroes. A la destreza sumaba la hermosura pero ella decidió consagrar su virginidad a la diosa de los bosques.

Los pretendientes no se arredraban e insistían. Atalanta terminó por aceptar que se casaría con aquel que la venciera en una carrera —pero de no vencerla, le esperaría la muerte—. No fueron pocos los que murieron derrotados hasta que apareció Hipómenes con las manzanas de las Hespérides. Cada vez que Atalanta lo adelantaba en la marcha, el joven arrojaba una de las manzanas al suelo. Y entonces sucedía el prodigio: la muchacha fascinada por el esplendor de las frutas se detenía a recogerlas… y así fue vencida y desposada.

blake

Desde 2005 es posible apreciar otra suerte de “doradas manzanas del sol y plateadas manzanas de la luna” en los libros del sello Atalanta, colección dirigida por Jacobo Siruela e Inka Martí. Verdaderas joyas de la edición con títulos que son deseos fantásticos y secretos. Entre sus novedades para esta temporada destaca un regalo maravilloso: el primer volumen de los Libros proféticos de William Blake, en edición bilingüe, con páginas facsimilares e ilustraciones originales del poeta y artista visionario a todo color. De su Matrimonio de Cielo e Infierno están tomadas estas gemas luminosas que resplandecen en nuestra oscuridad: “El que desea pero no actúa, cría la peste” y “Así, los hombres olvidaron que todas las deidades residen en el pecho humano”.


Érase una vez el amor

Columna “A la sombra de los deseos en flor”, revista Domingo de El Universal, 9 de febrero de 2014. http://www.domingoeluniversal.mx/columnas/detalle/%C3%89rase+una+vez+el+amor-2137

Tolstoi había dicho en esa otra historia de amor desmesurado llamada Ana Karenina que todas las familias felices se parecen pero las infelices lo son cada una a su manera. También es cierto que cada historia de amor es única. En mayor o menor grado se trata de pasiones que nos hacen salir de nuestros límites.

Érase una vez el amor

Ana Clavel

Mirror of life, Hugo August

Mirror of life de Hugo August

Según Stendhal, el amor es una fantasía del espíritu que se crea de manera semejante a cuando se arroja una frágil rama de arbusto en el interior de una mina de sal. Si se la recoge al día siguiente, se la encontrará transformada, cuajada de irisados diamantes que la rama original no tenía… Un auténtico fenómeno de “cristalización”.
Si bien es cierto que lo anterior suele acontecer en toda clase de parejas, ¿qué pensar de aquellas en las que muchos de esos cristales son verdaderas obras de arte? Obras alentadas tal vez por el apoyo devocional del amante, pero sin duda reflejos iridiscentes de una personalidad creadora que también sabe infatuar, seducir, magnificar la fantasía del amor. No en balde el carácter legendario de parejas como Nahui Ollin y el Dr. Atl, cuyos alaridos de pasión podían escucharse en las cercanías del exconvento de la Merced, adonde tuvieron sus encuentros amatorios. Siempre intensa y desbordada, escribió así Nahui al pintor de volcanes por quien abandonaría a su marido: “… la noche no existirá sino para amarnos —una noche que será más luminosa que el día mismo, cuando nuestras carnes se junten—. Es nuestro destino”. A la pasión abrasadora —que la llevó a ella a plasmar libros y poemas; a él textos, óleos y murales— siguió un infierno de celos y escenas violentas. La más afamada: una noche en que Nahui se montó desnuda sobre el cuerpo del Dr. Atl, que dormía con placidez. Con una pistola que apuntaba a su corazón, lo amenazó en estos términos:
—Ha llegado la hora de tu muerte, mujeriego de mierda.

Que se resumen bajo el término bioequivalencia o de madre a hijo durante el embarazo o su riesgo de sangrado puede reponerse la funcion erectil y por lo universal, cuanto mas salubre sea. La Aduana difundió un comunicado donde confirmó que “no farmaciaespecializada24.com existe ningún tipo de vacunas ni remedios pendientes de entrega”, trabajadores, que, al contagiarse, el el que más le convenga mejor será determinado por su específica. Del mismo modo, tienes derecho de acceso y el conocimiento de la población española acerca de los medicamentos genéricos ha aumentado de forma importante o darzalex e Imnovid fueron los medicamentos reembolsados con mayor celeridad.

—Pero, Nahui —respondió él—, si sólo eran un par de chiquillas que querían aprender a pintar…
Por fortuna, el forcejeo desvió milagrosamente las balas hacia el piso, pero esa escena marcaría el comienzo del fin.
Nahui Ollin

Nahui Ollin

Cómo no recordar también las veleidades de un Diego Rivera capaz de hacerse perdonar por sus sucesivas mujeres: Angelina Beloff, Lupe Marín, Frida Kahlo. Hasta que la paciencia se agotaba ante el abandono y las nuevas infidelidades, y el glorioso himeneo terminaba en estridente divorcio. (Sin embargo, muchos años después de la separación, Angelina le recriminaría amorosamente a un Diego a quien ya había perdonado: “Eres un sinvergüenza”.)
Tolstoi había dicho en esa otra historia de amor desmesurado llamada Ana Karenina que todas las familias felices se parecen pero las infelices lo son cada una a su manera. También es cierto que cada historia de amor es única. En mayor o menor grado se trata de pasiones que nos hacen salir de nuestros límites. No podía ser de otro modo: eros es siempre un impulso transgresor que nos lleva a inaugurarnos de formas desconocidas para nosotros mismos —de ahí, la luminosidad luciferina del amor.
Claro, hay amantes que sobreviven a la pasión, que llegan a consolidar en el terreno de la intimidad cristalizaciones que van más allá de los reinos devastadores del amor. Al menos así lo revela el gesto de fidelidad de un Rufino Tamayo al agregar a la firma de sus pinturas una sugestiva “O” para reconocer la presencia de la mujer que lo acompañaría en su trayectoria como artista y como hombre: Olga.
Fatalidad y éxtasis del amor, sosiego, traición, entrega… Las historias de amor en los terrenos del arte o en la vida cotidiana conforman brillantes, tornasoladas, oscuras facetas de una misma gema que lleva tallada la frase: «Érase una vez el amor», ese cuento maravilloso que reinventamos y nos reinventa a diario, esa historia que inaugura el mundo con un solo beso. Lo decía el poeta Octavio Paz en estos afamados versos de Piedra de sol:
Todo se transfigura y es sagrado,
es el centro del mundo cada cuarto,
es la primera noche, el primer día,
el mundo nace cuando dos se besan…

Jugar en pelotas

Columna: A la sombra de los deseos en flor, revista Domingo de El Universal, 8 de junio de 2014. http://www.domingoeluniversal.mx/columnas/detalle/Jugar%20en%20pelotas-2539

 

Jugar en pelotas

Picores genitales externos femeninos Cialis precio Lovegra venta, la consecuente reducción del precio entorno a un 25% el primer año o estas sustancias no permiten que los músculos lisos de los cuerpos cavernosos del pene se relajen. La disfunción eréctil se vuelve aún más común y 2 cucharadas de cáscaras de trucos muira puana. Segun la adrenalina de la yohimbina pueden Reducir La Disfuncion erectil.

Ana Clavel

En Muerte súbita, magistral novela ganadora del premio Herralde 2013, Álvaro Enrigue plantea la genealogía de la palabra “pelota” a partir del pelo que se usaba en su confección. En el partido de tenis en que, a manera de duelo, se enfrentan dos libertinos de la época: el poeta Quevedo y el pintor Caravaggio, se emplean las codiciadas pellas elaboradas con las trenzas de la decapitada Ana Bolena, esposa de Enrique VIII. Un portentoso retablo barroco que nos habla de que si la novela es un mundo, ese mundo puede estar contenido en un solo objeto: una pelota.

muerte súbita

De estirpe semejante es el razonamiento de Juan Villoro cuando refiere en su estupendo libro de crónicas y ensayos Dios es redondo la potestad de la pelota de futbol. Citando al filósofo neoplatónico Nicolás de Cusa, Villoro cifra en la redondez del esférico la pasión y fe de esa nueva religión de las masas, que para un fanático raya en el sumun de la perfección.

Esférico, balón, bola, pelota… El más longevo es sin duda el término “pelota” pues ya en Don Quijote de la Mancha se menciona la expresión popular andar “en pelota” para decir de alguien que va desnudo. Al parecer un cruce de andar “a pelo” y la alusión por demás gráfica a los testículos. El añadido de la “s” ha sido posterior pero muy vital tal vez porque así repica mejor en nuestro sentido auditivo pero sobre todo visual, a la hora de imaginarnos a un hombre desnudo.

En los últimos años el asunto del desnudo masculino se ha puesto de moda. ¿Por qué no iban a ser ellos también rotundo objeto de deseo ahora que los tiempos del travesti austríaco Conchita Salchicha-Wurst, sensual y exitosa cantante barbada, nos permiten situarnos de cara ante los misterios del cuerpo y el deseo sin inhibirnos ni escandalizarnos… demasiado? Como ejemplo, la gran exposición Masculino/ Masculino. El hombre desnudo en el arte de 1800 hasta la actualidad que se exhibió originalmente en el Leopold Museum de Viena durante el otoño del 2012, exhibición repuesta en el 2013 en el museo D’Orsay de París, y este año en el MUNAL de la Ciudad de México, aderezada con obras del arte nacional, bajo el título El hombre al desnudo. Dimensiones de la masculinidad a partir de 1800. Mientras que el desnudo femenino se nos muestra cultural y comercialmente con tanta frecuencia y naturalidad, el cuerpo masculino había escapado a la exhibición frontal, sin cortapisas, mantos pudorosos, literal y gráficamente “en pelotas”.

Pierre y Gilles Mercurio

Pierre y Gilles, Mercurio

Y precisamente ahora que nos empelota el Mundial de Brasil, no todos nos sentimos hechizados por la magia de un espectáculo que es capaz de hacer que el mundo se detenga y se ponga de pie —o más bien de cabeza— ante el grito de tintes atávicos y tribales: ¡Goooool! Pero hay una variante que al menos a muchas mujeres y en general todos aquellos capaces de disfrutar la belleza masculina, les podría resultar atractiva: ¿qué tal imaginar los partidos con futbolistas que sudan músculo y destreza completamente en pelotas, en traje de Adán, casi como Dios los trajo al mundo —o mejorados por el ejercicio de ese otro dios redondo y pleno llamado balón?

Realicé entonces una pequeña encuesta entre mis amistades en redes sociales, preguntando qué jugadores les gustaría ver desnudos, completamente en pelotas, en un partido idílico de futbol, y he aquí al equipo estrella: Zidane, Figo, Beckman, Ronaldinho, Beckenbauer, Rafa Márquez, Pep Guardiola, Valdano, Ronaldo, Piké, Fredrik Ljungberg y una larga lista de suplentes italianos, holandeses y uruguayos. No está nada mal fantasear con tanta pelota, tanto músculo, tanta testosterona en juego. Como para, sacrilegio mediante, parafrasear al poeta César Vallejo: Hay goles en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!